La gran mayoría de personas que escucha la radio ignora que existe una comisión federal que regula el contenido de lo que los programadores exponen nuestro oído. Siempre se ha escuchado decir que cuando se habla se está invadiendo consciente o inconscientemente el espíritu del que escucha y esta aseveración se hace mucho más verídica en la comunicación ya sea hablada o músical através de la radio.
Es por eso que el que comunica através de la radio tiene la obligación de hacerlo con responsabilidad y respeto al que escucha y para el que hace uso de su libertad de hacer con lo suyo lo que le da la gana y viola estas éticas de la radio entra la Comisión Federal de Comunicaciones.
La violación a la ética de la radio es mucho más común de lo que el oyente conoce. La selección de los temas musicales que suenan en las programaciones es la más común de estas violaciones, pero nadie se da cuenta porque se hacen de la forma más sutil y engañosa.
Un propietario de emisora o su director de programación no tiene derecho a elegir la música a su gusto ni por conveniencia personal. Cuando un programador coloca un tema en la radio en el terreno del favoritismo o el clientelismo viola las regulaciones de la Comisión Federal de Comunicaciones y por ende el derecho del oyente.
Si un locutor o programador recibe algun tipo de remuneración de parte del artista, la casa disquera que lo representa o cualquier otra persona que lleve un interés en la propagación del tema, está en la obligacion de anunciar el tema musical como un espacio pagado, igual que como se hace con los anuncios politicos.
Es ilegal cobrar e imponerle un tema musical al oído del oyente. De ahí el origen de lo que se conoce como la payola. (del inglés pay-out-of-law).
La estación de radio no tiene derecho ni siquiera debe asumir que el oyente no se da cuenta cuando disfraza una programacion pagada y se la pasa al oyente como su programación regular sin fines de lucro.
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