Tuesday, August 31, 2010

LA MUJER Y EL PASTORADO

Es increíble que habiendo ya pasado la primera década del siglo # 21, en un mundo globalizado, en un mundo cambiado, todavía exista personas que pongan en tela de juicio el ministerio de la mujer en la iglesia.

La gran mayoría de los países del mundo han roto con los prejuicios del machismo y han tenido mujeres dirigiendo sus destinos. Estados Unidos no sólo tuvo en 1984 una mujer, Gerardine Ferraro, aspirando a la vice-presidencia de esta nación sinó que en la más reciente contienda electoral, vimos a Hillary Clinton aspirando a la presidencia de la nación y a Sarah Palin como compañera de boleta del candidato republicano John McCain.

El mundo ha cambiado, la idea arcaica y desfasada de que la mujer pertenece en la cocina es cosa del pasado, sin embargo hay quienes tienen problemas aceptando a una mujer al frente de una iglesia.

El pasaje bíblico de los que disienten con el ministerio de la mujer se encuentra en 1ra de Corintios 14:34, donde el apóstol Pablo manda a las mujeres de aquella iglesia a callar en la congregación.

Hay denominaciones evangélicas que basados en este versículo no soportan ver una mujer levantarse en el púlpito, sin embargo son los mísmos que no creen en el hablar en lenguas como una manifestación del Espíritu Santo, cuando solo un poquitito más abajo, en el verso 39 del mismo capítulo, el apostol Pablo exhorta a la misma iglesia a que no impidan a los hermanos "hablar en lenguas".

Entonces cómo se explica esto. ¿Se contradice la Biblia? En ninguna manera.
Siempre se ha escuchado decir que un "texto sin el contexto es un pretexto".

Cuando el apóstol Pablo impide a la mujer levantarse en la congregación estaba respondiendo a un asunto de cultura, estaba corrigiendo una anomalía que existía en la iglesia de Corinto, las mujeres y los hombres judíos se sentaban separados en la congregación, si alguna mujer deseaba preguntarle algo al esposo respecto al sermón producía un desorden. Se habían vuelto incorregibles y habían provocado una situación.


Quién puede decir que aquella situación es la misma que se da en la iglesia cristiana de estos tiempos? Por el contrario, las mujeres se ven prácticamente forzadas a tomar la rienda de algunas tareas en la obra de Dios precisamente por la inercia de algunos hombres.

Hoy en día en la gran mayoría de las iglesias, las mujeres no sólo componen la mayoría, sinó que son tambien el grupo con mayor disposición a trabajar en la obra de Dios, entonces ¿cuál es la queja que sostienen ciertos sectores en contra del ministerio de la mujer?

Si una mujer se entrega al ministerio y Dios le place bendecir ese ministerio y no hay una imposición humana en el asunto, ¿quienes somos nosotros para cuestionar dicho ministerio?

EXCUSAS EXCUSAS EXCUSAS!!!

Jesús dijo a alguien: "deja que los muertos entierren a sus muertos", jamás se debe interpretar esta declaración como un acto de insensibilidad del Maestro frente a la pérdida de un ser querido.

Una de las características del mensaje de Jesús era precisamente su compasión por el sufrimiento ajeno, por eso al llegar a la tumba de Lázaro aun sabiendo que Lázaro dormía, El lloró. Al pasar frente a El un entierro su compasión hizo que resucitara al hijo de la viuda de Nain.

Con esta declaración el Señor nos dejó dos grandes enseñanzas: Primero que nuestras excusas baratas no tienen validez alguna con El, porque El conoce los designios de nuestros pensamientos. Segundo, nos enseña a establecer prioridades en nuestras vidas.

De acuerdo a las costumbres judías los varones de la casa se quedaban para cuidar al anciano hasta que este muriera, lo que significaba que si al viejo de este joven le quedaban Diez o Quince años eso era precisamente el tiempo que le iba a tomar para ponderar el llamado del Señor. "Deja que vaya y entierre a mi padre" no era más que una excusa para salir del paso.

Así de patética son muchas veces las excusas que usa el creyente para no cumplir con el mandamiento de nuestro Señor. Para no hacer un compromiso serio y responsable con la obra, para venir a la iglesia cuando su agenda personal se lo permita, sin importarle cómo se las arregla el pastor y los líderes para asegurarse del buen funcionamiento de la obra.

Hay una gran diferencia entre una razón y una excusa. Las excusas no tienen razonamiento lógico y a veces se plantean sin ni siquiera darse cuenta de lo contraproducente que resultan.

No voy a la iglesia porque me siento decaído. No voy esta noche al templo porque tengo muchos problemas, me llegó visita y así susesivamente y sin exageración.

Se nos parecen a las excusas de la Parábola de la Gran Cena narrada en Lucas 14:16, Entonces Jesús le dijo: "Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir.

Cada día se hacen más serios nuestros compromisos en la sociedad que nos ha tocado vivir y hay razones para las limitaciones por lo que hay que manejar nuestras razones con mucho tacto para no caer en error de encontrarnos poniendo excusas baratas a la hora de servir a nuestro Dios.

EL EVANGELIO "RAJATABLA"

Por lo extremadamente estricto de su disciplina, las iglesias evangélicas de las décadas de los setenta y ochenta se ganaron el calificativo de "Rajatablas". Una palabra compuesta que hace alusión al fenómeno que se produce cuando un clavo rústico penetra un trozo de madera fina y la astilla echándola a perder.

Así de estricta eran las regulaciones de la iglesia evangélica en las que cosas tan sencillas como: el corte de pelo de las mujeres, el maquillaje, el uso de las prendas de oro, mini-faldas y pantalones se convertían en un pecado. La televisión era considerada como "el cajón del diablo", las mujeres no se les permitía ver novelas y a los hombres se les prohibía envolverse en asuntos de política y deportes.

La violación a estas regulaciones denominadas como "la sana doctrina" traía como consecuencia el sometimiento a una "disciplina" que podía durar hasta un año en el que el creyente no podía ni siquiera sentarse en los asientos del frente cuando llegaba al templo. En casos extremos esta disciplina se aplicaba llamando al implicado al frente de la congregación y leyéndole su falta y las consecuencias delante de toda la iglesia.

El mundo cambió y juntamente con él muchas cosas han cambiado. Aunque está claramente establecido que no somos de este mundo y que no nos regimos por las leyes de este mundo, muchas iglesias evangélicas se han visto en la necesidad de hacer una serie de concepciones a lo que son sus regulaciones o disciplina que en otro tiempo se tenían como "sana doctrina". Cambios en su forma de gobierno, en su forma de culto y cambios en los métodos que utilizan para evangelizar.

Cuando la iglesia llega a la conclusión de que debía hacer cierto tipo de concepción con relación al atavío de la mujer y deside que usar pantalones no le es contado como una falta y mucho menos como pecado, le abre las puertas a personas que sentían la necesidad de acercarse a Dios, pero veían estas regulaciones como un impedimento innecesario.
 Pero con el tiempo se pierde la línea que divide lo que es el uso de un pantalón aceptable y lo que es la vestimenta indecorosa.
Por esta razón cuando las mujeres llegan al templo vistiendo pantalones que hacen una demarcación precisa y concisa de las líneas más secretas de su cuerpo, no se les puede hostigar porque "el uso de los pantalones es permitido".

En el servicio se dió apertura a lo que son las danzas para Dios, entre las que se encuentran "Las Pantomimas" "Danzas Hebreas" "Caritas Pintadas" y otras. Todo iba bien hasta que se pierde el control y se confunde la danza para Dios con el baile que viene de los deseos de la carne.
Esto nos deja con la impotencia de no poder hacer nada cuando creyentes que ministran en las congregaciones entienden que no tiene nada de malo bailar, siempre y cuando sea entre "hermanos cristianos" y se van enredando en una serie de practicas que simple y llanamente no se conforman a las de un cristiano nacido de nuevo.

La pérdida total de lo que se consideraba como los valores morales de una persona en combinación con la desaparición de la doctrina "rajatabla" y una disciplina permisiva en el evangelio, trae como consecuencia la desaparición total del pudor en el vestir, independientemente de que la mujer use falda, vestido o pantalón, por ende se llenan las iglesias de mujeres denominadas cristianas que visten indecorosamente bajo el pretexto de que Dios no mira lo exterior.

Como no hay coincidencia en el asunto, sinó más bien un trabajo sincronizado que en estos últimos tiempos ha desatado el enemigo de la justicia, y que se ha constituído en un conjunto de cosas,  nuestra sociedad ha llegado al otro extremo en donde han desaparecido las buenas costumbres en nuestro conversar, en el trato para con los demás, el respeto a las autoridades establecidas por Dios.

Vivimos en un tiempo en el que cada cual hace como bien le parezca y nadie se puede meter en los asuntos de su hermano,  ni siquiera el pastor que Dios puso al frente de la congregación.
Ante esta terrible situación, aquellos que militamos en el evangelio en las décadas pasadas solamente nos toca mirar con impotencia y seguir añorando el evangelio denominado "Rajatabla" y junto con el apóstol Juan seguir clamando: Ven Señor Jesús.

UN CIELO PARA SINTIQUE, OTRO PARA EVODIA.


Hay una modalidad en la sociedad que nos ha tocado vivir que se hace muy dificil de entender. En los asuntos comunitarios, reuniones, actividades, es muy común encontrar personas que no pueden asistir a un lugar porque allí va a estar otra persona que a ellos no les agrada, por alguna razón u otra y peor aun, muchas veces hasta sin razón. Porque no me cae bien, porque me hizo un desaire, porque habló mal de mí, etc.

Esta actitud dentro del pueblo de Dios es inaceptable. Aquí no hay explicación que valga, excepto que hay quienes se dejan engañar por un trabajo sutíl del enemigo de la justicia que desde el principio ha venido sembrando discordia entre los hermanos. Como lo hizo en los tiempos de la iglesia primitiva con Síntique y Evodía, dos hermanas combatientes del evangelio, colaboradoras de Pablo.

Muchos justifican su actitud bajo la falsa percepción de que quien tiene que arreglar sus diferencias con ellos es el otro. Craso error. Cuando Jesús habló de dejar la ofrenda en el altar e ir a arreglar tus diferencias con tu hermano no dijo: Si supieras que tu tienes algo contra tu hermano.
Sus palabras fueron muy claras y contundentes y no tienen necesidad de interpretación. El dijo: "Si supieras que tu hermano tiene algo contra ti", si te ofendió, si te maltrató, si te humilló, si habló mal de ti, en el momento que te acuerdas, que casi siempre es a cada momento, Jesús te manda a tí a ir y arreglar esas diferencias.

Cuando nos toca encontrar esta situación de dos hermanos que han sido lavados con la misma sangre derramada en la cruz y no se pueden ni ver aquí en la tierra, no pueden coincidir en ningun lugar, la pregunta es de orden ¿Cómo se van a hacer cuando se encuentren en el cielo?

Por lo regular la respuesta a esta pregunta es otro asunto de percepción y justificación, Siempre hay uno que piensa que es el otro que no va para el cielo.
Un creyente que piensa que otro no va para el cielo, no sólo hace vano el sacrificio de Jesucristo, sinó que está exponiendo su propia salvación.

Por muy dificil que se vea, es más fácil ir y arreglar nuestras diferencias con nuestros hermanos, con el que nos maltrató y nos ofendió, que tener que darle cuenta a Dios de por qué fuimos negligentes en hacer lo que El nos mandó.

MESAJE RELACIONADO: EL MAL DE SINTIQUE Y EVODIA