Monday, July 19, 2010

¿QUÉ HICISTE DEL AMOR QUE ME JURASTE?


¿Y que hicistes del amor que me jurastes? ¿ Y qué has hecho de los besos que te dí? son las letras de una vieja canción que evocan el dolor producido por la separación de dos que antes se quisieron.

Esta misma interrogación nos llega a la mente y tratamos casi en vano de analizar la química que opera cuando se produce la rotura de vínculos amorosos, amistosos, de negocios, y hasta de hermanos en la fe de Jesucristo. Vínculos entre dos partes que parecían inseparable.

Cuando vemos relaciones que dieron inicio como en los cuentos de hadas, con estrellitas y duendes, promesas de amarse sin medidas hasta la muerte, dibujando castillos en la arena con príncipe azul y su princesa
Relaciones donde el cuidado del uno por el otro eran la base fundamental y no parecía haber situación adversa que no se pudiera sobrepasar.

Cuando nos toca ver este tipo de relaciones no solo amorosas sinó tambien relaciones amistosas, familiares y de negocio terminar de forma estrepitosa, donde se invierten los sentimientos, el amor se convierte en odio, las conversaciones se tornan en discusiones y griterías, los duendes se convierten en monstruos, las princesas en brujas, solo nos toca decir "tan bien que se llevaban" y preguntarnos ¿qué habrá pasado?.

De la única manera que podemos analizar este tipo de conducta y llegar a un entendimiento razonable es si la analizamos a la luz de las sagradas escrituras. Cualquier otro razonamiento humano solo logra complicar más la situación y hasta envolvernos sentimentalmente en un caso que muchas veces no nos pertenece.

Segun la historia biblica el Rey Saul llegó a amar a David con un amor entrañable de manera tal que se lo llevó a vivir con él en el palacio y le hizo su paje de arma. 1ra Samuel 16:21, pero en un descuido, el rey Saul abrió una pequeña brecha a satanás cuando la envidia tocó a la puerta de su corazón: "Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David. 1ra Samuel 18:8.

El resto de esta historia está lleno de esta actitud incomprensible, un odio sin justificación, David ponía su vida por salvar la del rey y el rey aprovechaba cualquier oportunidad para tratar de matarlo, después de amarlo.

La única explicación a esta actitud del rey Saul la da el versículo 10 del capitulo 18 de 1ra de Samuel: "Aconteció al otro día, que un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl, y él desvariaba en medio de la casa. David tocaba con su mano como los otros días; y tenía Saúl la lanza en la mano. Y arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré a David a la pared. Pero David lo evadió dos veces.

AL otro día de haberle dado Saul legalidad a Satanás comienza esta conducta inexplicable y aunque tuvo la oportunidad de vindicarse su atadura no parecía permitirselo.

1ra Samuel 19:4 dice: Jonatán habló bien de David a Saúl su padre, y le dijo: No peque el rey contra su siervo David, porque ninguna cosa ha cometido contra ti, y porque sus obras han sido muy buenas para contigo; pues él tomó su vida en su mano, y mató al filisteo, y Jehová dio gran salvación a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa?

Ante este consejo el rey Saul juró a Jonatan que no haría daño a David, sin embargo no duró mucho tiempo cuando David tuvo que huir a otra ciudad para librarse de la mano de Saul y ya para esta ocasión su atadura era tan profunda que en el capitulo 20 de 1 de Samuel y el verso 32, Saul lanzó su lanza contra su propio hijo Jonatan para que no le hablara más en bien de David.

Repasando esta historia se hace muy fácil entender por qué una persona arremete contra otra que solo le ha hecho bien.

AY DE LAS QUE CRIAN Y LAS QUE ESTAN EN CINTA


En la postrimería de sus días aquí en la tierra, cuando ya se preparaba para subir al Padre que le envió, el Señor Jesús se encargaba de preparar a sus discípulos para lo que les esperaba una vez el partiera. Les dió instruciones específicas de cómo conducirse, sugerencias que les ayudarían a mantenerse en la fe que El les había impartido, pero muy especial les advirtió sobre los acontecimientos que precederían a su segunda venida.

Los discípulos esperaban la liberación del imperio Romano y muchas de las profecías y advertencias que El Señor les dio las relacionaban con el fin de los días que ellos vivían. No se imaginaban que El Señor les estaba hablando de acontecimientos que tendrían su cumplimiento más de dosmil años más tarde.

Entre las adevertencias del Señor nos llama la atención cuando Jesús les dice: Procurad que vuestra huida no sea en invierno y con un grito de exclamación les dice: Mas Ay de las que esten en cinta y de las que crían en aquellos días.

Si tomamos estas declaraciones en forma literal, tendríamos que asumir que Jesús se refería a los que viven en el Artico, donde el invierno es tan crudo que paraliza las actividades del ser viviente. De tomar estas palabras literalmente, los que vivimos en el trópico, nada tenemos que preocuparnos de que nuestra huida sea en invierno como en verano.

El invierno es una estación del año que marca un tiempo y una de las cosas más importante para el creyente que espera la venida del Señor es reconocer los tiempos. En este sentido podríamos traducir las palabras del maestro y al hacerlo entendemos que entramos en el terreno de la interpretación, lo cual es válido siempre y cuando no le quite ni le añada a la palabra. Podríamos decir algo como: Procurad que vuestra huida no sea en el tiempo en que las ocupaciones de la vida te tengan tan envuelto que no te permitan movilizarte.

Que vuestra huida no esté condicinada a los eventos que rigen la sociedad en que vives, que no estés tan envuelto en las actividades de este mundo que ni siquiera te des cuenta que llegó la hora de tu partida hasta que se haga demasiado tarde para la preparación.

¿Por qué se lamenta el Señor por las que están en cinta y las que crían en aquellos días, que dicho sea de paso son estos días que nos ha tocado vivir? De nuevo podemos utilizar nuestro sentido de análisis y concluír que es lógico que a una mujer en cinta o con una criatura en sus brazos se le hace mucho más difícil la movilidad. Pero se refería necesariamente el Señor a la importancia de poderse desplazar de un lugar a otro con facilidad.

Aquí tambien podemos interpretar y utilizando nuestro propio juicio podemos decir que el Señor veía mucho más allá, veía las consecuencias que enfrentarían las mujeres a las que les tocaría estar subiendo una familia en estos días que anteceden a la segunda venida de Jesucristo.

Si los que ya hemos terminado de criar y tenemos nuestros hijos que ya han cumplido la mayoría de edad, nos vemos escandalizados por el comportamiento de ellos, por su conducta que desafía todos los principios morales a los cuales nos hemos mantenido apegados, si de ellos recibimos todo lo contrario a lo que con ilusión anticipábamos, ¿qué puede esperar la madre que tiene sus hijos en brazos o las que estan en cinta? Cuál será el destino final de la nueva generación en unos quince o veinte años con el nuevo código de conducta que rige a la sociedad.

Qué le espera a los hijos de las que estan en cinta en una sociedad podrida, donde el pudor es un mito, un chiste la desverguenza. Donde se cambia lo dulce por amargo y lo amargo por dulce, donde se hace de la luz tinieblas y de las tinieblas luz. Que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo.

Son estas más que razones para exclamar a todo pulmón Ay de las que estan en cinta y de las que crían de aquí a diez años si los días no fueren acortados. Pero gloria sea a nuestro Dios que por causa de los escogidos, los días que estamos viviendo seran acortados. Nuestra redención está cerca!

PANDILLERISMO MATRIMONIAL

Una de las definiciones del verbo "apandillar", que viene de pandillerismo, es juntarse para defender a otro aun en lo indefendible. En una pandilla juvenil la ley es defender al otro miembro de la misma pandilla aunque este haya errado.

Debemos tener mucho tacto para no caer en el error de confundir el mandato divino a ser una sola carne con nuestra pareja y lo que se puede considerar como actos de pandillerismo en los que inconscientemente podemos caer.

A través de toda la historia bíblica encontramos esposas que se apandillaron con sus esposos y viceversa y los resultados fueron en cada caso la muerte. Uno de estos casos o el primero de ellos lo encontramos en el escenario del huerto del Eden. Adan tenía un mandato divino, pero cuando su esposa Eva aparece con una nueva idea de cómo eran las cosas, en lugar de plantarse como un hombre y rechazar aquella oferta, él se colocó del lado de su esposa, se apandilló con ella para desafiar lo establecido por Dios. Los resultados: la muerte del hombre.

Cuando Jehová se presentó a la pareja compuesta por Abram y Sara para darles la promesa de un hijo, en cuya simiente serían benditas todas las naciones, Sara se apandilló con Abram y de la misma forma que su esposo le presentó a Jehova su avanzada edad como una excusa, ella lo hizo peor, porque ella se fue más lejos, se rió de lo que ella consideraba era una ridiculez. Los resultados los presenciamos en las noticias en cada enfrentamiento entre Israel (los hijos de la promesa) y los paises árabes (los hijos de la sierva Agar).

El último y más sonado caso de pandillerismo matrimonial en la Biblia lo encontramos en el libro de los Hechos, en el Nuevo Testamento. "Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles". Hechos 5:1-2.

A las tres horas de Ananías haber caído muerto por su mentira aparece su esposa y esta es su actitud de pandillerismo: "sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido.Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. Hechos 5:7-8.

Siempre se ha dicho con rigurosa verdad que después de haber compartido por años un mismo techo las parejas llegan a parecerse, eventualmente tienen los mismos gustos, las mismas "mañas" o costumbres y hasta si uno engorda el otro tambien, todo lo tienen en común, las desiciones se toman juntos y no hay secretos entre ellos. A esto se le llama pasar a ser una sola carne, lo cual es de ley.

Lo que no es legal es cuando uno de los dos yerra, que el otro se "apandille" para defender una causa que no tiene defensa. Es ahí donde existe el peligo de muerte.

Mencionamos algunos personajes de la Biblia que cometieron ese grave error, sin embargo podríamos tomar el ejemplo de un hombre que no alcanzó la grandeza de su tío Abraham, pero cuando su mujer erró y desidió y hasta de camino a la llanura trató de convencerle de que salir huyendo de Sodoma podía ser una mala desición, Lot no se dejó convencer de su mujer, no se apandilló con ella y mientras su mujer quedó calcificada en medio del camino, él pudo escapar del juicio de Dios.

Somos una sola carne, tomamos desiciones juntos, respetamos las desiciones de nuestra pareja, entendemos y compartimos sus cuitas, pero bajo ninguna circunstancia y aunque tengamos que dormir en la sala esa noche, debemos juntarnos con ellas /el, colocarnos de su lado, cuando sabemos que lo que está en reclamo no se sujeta a la voluntad de Dios. De hacerlo, esta acción no tiene otra definición que "Pandillerismo Matrimonial"