Recuerdo de niño que en los momentos más intensos de ocio, el aburrimiento nos llevaba a pararnos frente a un espejo y hacer todo tipo de "musaraña" o mueca y mientras más pasaba el tiempo frente a aquel espejo, mucho más se agudizaban las muecas hasta llegar a un punto en que ya no se sabía que más hacer y el próximo paso siempre era ua acción que sobrepasara a toda aquella sección de "musaraña".
Esta acción no podía quedar corta, porque ya nuestro ser estaba saciado de aquella necesidad y cualquier otra cosa debía producir un mucho mayor gozo que la simple mueca.
Esta es la única explicación que he encontrado a las secciones de fotos que muy a menudo y cada vez más, nos encontramos en este foro social de Facebook.
Las mujeres, por ejemplo, cuando han saciado su necesidad de mostrar la hermosura de su rostro proceden a tomar una foto de su parte trasera u otra parte íntima de su cuerpo que definitivamente son las que podrían sobrepasar el gozo de haber mostrado el rostro. Ya en la etapa final del ocio, su rostro no dice nada.
Cuando niños, no teníamos Facebook para externar aquellos momentos de ocio y procedíamos a hacer otras diabluras. Si una hermana mayor era peluquera, tomábamos sus herramientas, nos colocábamos una peluca en la cabeza, nos vestíamos de mujer, para suerte nuestra era menos inofensivo que salir a tirarle piedras a la casa del vecino.
Un tiempo de ocio agotado coloca el cerebro humano en un "rush", una necesidad interna de más y mayor intensidad. Es de ahí de donde vienen los vicios en la juventud, y los malos pasos y malas desiciones de grandes y pequeños.
Ocioso fue que Amnon violó a su hermana Tamar (2do Samuel 13) y ocioso cuando debía estar en la guerra fue que David tomó a Betsabé la mujer de Urías. (2do Samuel 11)
Ociosos muchos de nosotros hemos caído en el error de publicar lo impublicable, revelar lo que se debe mantener en secreto y en el proceso tambien hemos descuidado la responsabilidad de hacer público y revelar lo que nos fue encomendado.
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